28 enero, 2011

Tras casi un año o más de silencio, de ausencia y de polvo y telas de araña colgando en el pomo de la puerta muda, aparece como si hubiesen pasado sólo cinco minutos desde la última vez, y realmente el efecto que causa es exactamente ese, como de continuidad en el tiempo.

Se siente como una bofetada en toda la cara, sobresalto, estupefacción, estúpida porque no sabes qué hacer ni qué decir, ni siquiera si debes hacer o decir algo.

Y aún así, ahí esta, y aquí estas tú, devuelta.

1 comentario:

anDrea B dijo...

Encontré tu blog mientras deambulaba de acá para allá por la red.
Una grata sorpresa.