10 septiembre, 2008

Conseciencias del I Ching


2008.sep.10


Observaba lentamente cómo la desnudaba. Primero le soltaba el pelo, luego la camiseta, el cinturón...

Lo estaba observando y aún así todavía no era capaz de hacerse a la idea de ello. ¿Así?. ¿tan fácil iba a ser?, se preguntaba mientras secretamente se rendía a las delicias del momento. Conforme su respiración, así como los latidos de su corazón iban más rápido, su asombro iba en aumento. Pensó que tal vez habría algo de dificultad en toda esta trama, antes de llegar a la meta.
Su meta.

Llegó a ella el suave olor a rosas de aquella muchacha que, irritada y dolorida, había golpeado su carruaje al pasar horas antes. Recordó su mirada, de un verde intenso con manchas amarillas, como las aguas de un pantano. Mientras, ella seguía siendo invadida poco a poco, prenda a prenda.


Apenas recuerda lo que sucedió después. Sólo sabe que despertó, tal vez un par de horas, tal vez minutos más tarde, sola en el colchón. Recuerda haber echado en falta el olor de las rosas, pero no el de él... ni el de ella. Tenía la boca pastosa. Ordenó a una de sus sirvientas que le trajeran agua mientras otra le arreglaba el cabello y la maquillaba. Había instruido a sus criadas para que fueran muy discretas y leales en lo que a ella se refería, y estaba segura de que así era, aunque a veces le asaltaran dudas.
Recuerda que aquél día entraban los rayos tibios del sol otoñal a través de las persianas aún echadas. También recuerda que, cuando la sirvienta con el agua llegó le reprochó que había tardado demasiado en traerla, y no quiso atender a sus explicaciones. Entonces, al ver sus gritos reflejados en el rostro de aquella muchacha, indudablemente más joven y bella que ella, pudo ver lo que pensaba, y eso la asustó.

No abandonó sus aposentos en todo el día, y ordenó a sus sirvientas que no la molestaran... menos a aquella otra; a aquella otra le ordenó que no volviera por allí.











¿Cómo puede un ser tan frío amar tan apasionadamente?





Y si no lo entiendes, es porque nunca has logrado pensar en ello...

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